MOVILIDAD DE CONTAMINANTES EN SUELOS VOLCÁNICOS: RIESGOS AMBIENTALES EN PAISAJES GEOTÉRMICOS CON ALTA INCIDENCIA DE ENFERMEDAD RENAL
En regiones donde coinciden la actividad geotérmica y la alta prevalencia de enfermedad renal crónica (ERC), es fundamental entender el comportamiento de los suelos como posible vía de exposición a elementos potencialmente contaminantes (EPC). El objetivo de este estudio fue evaluar la influencia de las propiedades de los suelos sobre la movilidad y acumulación de EPC en la zona de los Azufres, Michoacán, en una cuenca con actividad geotérmica y alta incidencia de ERC. Se caracterizaron los suelos representativos y se evaluaron sus propiedades físico-químicas (pH, CE, MO, CIC, textura). Mediante fluorescencia de rayos X se determinaron la concentración de los elementos mayores (SiO₂, TiO₂, Al₂O₃, Fe₂O₃T, MnO, MgO, CaO, Na₂O, K₂O, P₂O₅) y los elementos traza (As, Hg, Pb, Zn, Fe, Mn, Sr, Rb, Ba, S, Ti, K). Se calcularon los índices de geoacumulación (Igeo), factor de enriquecimiento (EF) y factor antropogénico (AF) con el fin de evaluar el grado y origen de la acumulación de EPC. El uso de catenas de suelos como marco funcional permitió evaluar la dinámica de los EPC en el paisaje. El contexto geopedológico reveló una alta heterogeneidad edáfica derivada de la complejidad del paisaje volcánico y la intensa actividad geotérmica. A partir del análisis de 13 unidades geopedológicas, distribuidas en dos catenas representativas, se identificaron patrones claros que vinculan las propiedades físico-químicas del suelo con su capacidad para movilizar o retener metales pesados. La evaluación de los índices sugiere que el origen geoquímico de los EPC está influenciado tanto por la geología como por procesos geotérmicos. En general, los suelos con mayor riesgo de movilización de EPC presentan pH ácido (<6.0), bajos contenidos de MO (<3 %), CIC baja (<10 cmol(+)kg⁻¹) y texturas gruesas o moderadamente finas con bajo contenido de arcilla, condiciones que favorecen la solubilidad y transporte hacia cuerpos de agua o cultivos. En la primera catena, estas propiedades predominan en las unidades geopedológicas ubicadas en la mitad inferior, ocupando laderas bajas, piedemontes y planicies aluviales. En la segunda catena, de la misma manera son los suelos de las unidades geopedológicas ubicadas en las geoformas de laderas suaves bajas y piedemonte los cuales deben ser considerados críticos en el análisis de riesgo vinculado a enfermedades renales crónicas. En contraste, en la parte más alta de la cuenca, cerca de las fuentes geotérmicas, las unidades geopedológicas presentan propiedades que promueven la retención de metales, gracias a combinaciones de alta MO, CIC elevada y texturas finas, aunque algunas mantienen pH ácido; es aquí donde se encontró un suelo que sobrepasó en arsénico el valor máximo permisible establecido por la normativa mexicana. Aunque en general las concentraciones de los elementos se encuentran por debajo de los límites establecidos por la normativa, estos resultados evidencian la importancia de la caracterización geopedológica en entornos geotérmicos, no solo para comprender los procesos de distribución de contaminantes, sino también como herramienta predictiva para identificar áreas de alta vulnerabilidad ambiental y sanitaria, en particular en regiones donde coinciden actividad volcánica, uso agrícola y exposición humana directa.