DEFORMACIÓN INVISIBLE Y CIENCIA CIUDADANA: DRONES, CELULARES, LIDAR DE CORTO ALCANCE Y RADAR SATELITAL PARA MONITOREAR SUBSIDENCIA Y HUNDIMIENTOS
La Ciudad de México presenta procesos de subsidencia continuos y episódicos, vinculados principalmente a la sobreexplotación del acuífero y a las condiciones geológicas del subsuelo, que ocasionan daños progresivos en infraestructura, vialidades y edificaciones. La lenta manifestación de este fenómeno dificulta su percepción inmediata y la implementación de medidas preventivas, situación que se ve agravada por la falta de monitoreo sistemático. La subsidencia, como proceso geodinámico acumulativo, puede caracterizarse mediante tecnologías de percepción remota que permiten su análisis multiescalar.
Este trabajo tiene como objetivo demostrar la viabilidad de metodologías basadas en: interferometría de radar de apertura sintética; levantamientos fotogramétricos con drones RGB y multiespectrales; fotogrametría de smartphones y monitoreo con LiDAR de corto alcance, para la generación de mapas de deformación superficial que a su vez sirvan para la cartografía de lineamientos geológicos a distintas escalas. La metodología integra análisis interferométricos (al menos un mapa por cada dos meses) para estimar tasas de hundimiento, vuelos de dron para obtener ortomosaicos y modelos digitales de superficie, fotogrametría de imágenes digitales de cámaras comunes y levantamientos LiDAR para análisis de nubes de puntos multitemporales. Los resultados muestran la generación de productos como mapas de deformación regional y local, así como cartografía actualizada de fracturas. Para esto, se muestran los resultados obtenidos de distintas áreas de estudio como: el caso denominado “falla plateros-mixcoac”, y distintas zonas de coyoacán y cuemanco, en CDMX. La importancia de este estudio radica en evidenciar el daño acumulativo asociado al fenómeno de subsidencia, que por su lentitud no recibe la atención necesaria para mejorar la planificación urbana y priorizar acciones de mitigación. Asimismo, se promueve el uso de tecnologías accesibles que permitan a las comunidades afectadas generar sus propios registros georreferenciados, fortaleciendo la participación ciudadana y la gestión del riesgo basada en evidencia científica.